miércoles, 16 de noviembre de 2011

Charla sobre Inteligencia Emocional

En clase de Lengua y Literatura de ESPA Teruel, aprendiendo los recursos literarios, leemos la siguiente metáfora: La vejez no es sino mesón de enfermedades, posada de pensamientos, amiga de rencillas, congoja continua, vecina de la muerte. Palabras que Fernando de Rojas pone en boca de su personaje más popular.
24 horas después en Villalba Baja, conozco al grupo de mujeres que asisten a la Formación Inicial, charramos de Inteligencia emocional. Y a pesar de su edad para nada me encuentro en un mesón de enfermedades ni entre una congoja continua. Percibo sensaciones que más bien se encuentran en el polo contrario.
Ojos vivos, atentos al discurso, con ganas de aprender;  cabezas que asienten y demuestran sus buenas facultades de reflexión; cuerpos que se mueven con mucha energía al ritmo de “Corazón Contento” de Marisol; gestos y miradas entre compañeras de aceptación y cariño;  celebraciones de cumpleaños rebosantes de ilusión, esfuerzo, entrega, pasión en su quehacer cotidiano (la merienda del cumpleaños estaba formada por postres de alta calidad, con denominación de origen Emiliana y su marido); ganas de futuro;  palabras de auténtico agradecimiento…
Tras la vivencia, voy a permitirme el lujo de cambiar el término imaginario de la metáfora de Fernando de Rojas: La vejez no es sino mesón de energía, posada de sabiduría, amiga de ilusiones,  autenticidad continua, vecina de la aceptación serena de los acontecimientos de la vida. Y es que, lo importante no es lo que somos, sino lo que creemos que somos.
Por último descubro que estas señoras, sin haber asistido nunca a ninguna clase de Lengua y Literatura pillan al vuelo todas las metáforas. ¡Ay, maestra vida!
Mireia

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